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miércoles, 25 de enero de 2012
viernes, 25 de junio de 2010
lunes, 14 de septiembre de 2009
Marjorie Barstow
Marjorie Barstow, primera generaciòn de maestros formados por Mathias Alexander, introduce brevemente algunos principios de la Tècnica Alexander y cuenta su historia. (Inglès)
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tecnica alexander
lunes, 4 de mayo de 2009
video del British Medical Journal (inglès)
Video realizado por el British Medical journal, a partir de una investigaciòn en la que se demuestra la efectividad de la Tècnica Alexander para el alivio del dolor de espalda.
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tecnica alexander
jueves, 23 de abril de 2009
tècnica alexander y salud
Estudio sobre Técnica Alexander en British Medical Journal.
"La técnica Alexander brinda beneficios a largo plazo".
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Southampton y la Universidad de Bristol demuestra que la técnica Alexander ayuda a reducir el dolor de espaldas.
Los resultados de un estudio sobre la técnica Alexander sugieren que el método puede brindar beneficios a largo plazo para personas con dolores lumbares crónicos o recurrentes, una de las afecciones más comunes con las que se encuentran los médicos. Los resultados fueron publicados en el British Medical Journal. Hasta ahora no había habido evidencia sólida acerca de que la Técnica Alexander pueda ayudar a aliviar el dolor de espaldas.
La investigación fue dirigida por el profesor Paul Little de la Universidad de Southampton en colaboración con la profesora Debbie Sharp, de la Universidad de Bristol y fue financiado por el Fondo de Investigación y Desarrollo del Sistema Nacional de Salud (Inglaterra).
Según el profesor Little, "Este es un paso significante hacia delante en el control duradero de los dolores lumbares. Los resultados de este estudio revelan que la Técnica Alexander puede ayudar en el dolor de espaldas. Probablemente lo logra al limitar el espasmo muscular, fortaleciendo la musculatura postural, mejorando la coordinación y la flexibilidad y descomprimiendo la columna. Esto significa que los pacientes podrían estar menos limitados por el dolor de espaldas en sus actividades o funciones".
El estudio clínico incluyó 579 pacientes. Los participantes fueron separados en grupos para comparar tres métodos para aliviar el dolor: una serie de 24 clases de la Técnica Alexander, un curso de 6 clases de la Técnica Alexander, seis sesiones de masaje clásico y cuidados normales de medicina general.
La mitad de los pacientes de cada uno de éstos grupos también recibieron la prescripción de ejercicios aeróbicos por un médico clínico (30 minutos diarios de caminata enérgica o su equivalente) y consejos de comportamiento por parte de una enfermera.
Los resultados mostraron que los pacientes que siguieron la serie de 24 clases de la Técnica Alexander fueron los que más se beneficiaron. Experimentaron mejoras en su funcionamiento, en la calidad de vida y una reducción en el número de días en los que sufrieron dolor. Un año después del comienzo del estudio, el número promedio de actividades limitadas por el dolor de espaldas se había reducido un 42 por ciento, y el número de días con dolor era solamente de tres en un mes, comparados con los 21 días en el grupo de control.
El masaje también ayudó durante tres meses, pero su efecto sobre las actividades no era significante después de un año.
La prescripción de ejercicios solamente, tuvo efectos significantes pero modestos sobre las actividades tanto a los tres como a los 12 meses. No obstante, una serie de seis clases de la Técnica Alexander seguidas por ejercicio prescripto por un médico clínico, al llegar al año, obtuvo un 70 por ciento del beneficio obtenido por las 24 clases de la Técnica Alexander.
Los autores sugieren que las clases de la Técnica Alexander pueden haber beneficiado a los participantes al proveerles un enfoque individualizado para reducir el dolor de espaldas y al ayudar a los pacientes a reconocer, comprender y evitar los hábitos que afectan al tono postural y a la coordinación neuromuscular.
"La técnica Alexander brinda beneficios a largo plazo".
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Southampton y la Universidad de Bristol demuestra que la técnica Alexander ayuda a reducir el dolor de espaldas.
Los resultados de un estudio sobre la técnica Alexander sugieren que el método puede brindar beneficios a largo plazo para personas con dolores lumbares crónicos o recurrentes, una de las afecciones más comunes con las que se encuentran los médicos. Los resultados fueron publicados en el British Medical Journal. Hasta ahora no había habido evidencia sólida acerca de que la Técnica Alexander pueda ayudar a aliviar el dolor de espaldas.
La investigación fue dirigida por el profesor Paul Little de la Universidad de Southampton en colaboración con la profesora Debbie Sharp, de la Universidad de Bristol y fue financiado por el Fondo de Investigación y Desarrollo del Sistema Nacional de Salud (Inglaterra).
Según el profesor Little, "Este es un paso significante hacia delante en el control duradero de los dolores lumbares. Los resultados de este estudio revelan que la Técnica Alexander puede ayudar en el dolor de espaldas. Probablemente lo logra al limitar el espasmo muscular, fortaleciendo la musculatura postural, mejorando la coordinación y la flexibilidad y descomprimiendo la columna. Esto significa que los pacientes podrían estar menos limitados por el dolor de espaldas en sus actividades o funciones".
El estudio clínico incluyó 579 pacientes. Los participantes fueron separados en grupos para comparar tres métodos para aliviar el dolor: una serie de 24 clases de la Técnica Alexander, un curso de 6 clases de la Técnica Alexander, seis sesiones de masaje clásico y cuidados normales de medicina general.
La mitad de los pacientes de cada uno de éstos grupos también recibieron la prescripción de ejercicios aeróbicos por un médico clínico (30 minutos diarios de caminata enérgica o su equivalente) y consejos de comportamiento por parte de una enfermera.
Los resultados mostraron que los pacientes que siguieron la serie de 24 clases de la Técnica Alexander fueron los que más se beneficiaron. Experimentaron mejoras en su funcionamiento, en la calidad de vida y una reducción en el número de días en los que sufrieron dolor. Un año después del comienzo del estudio, el número promedio de actividades limitadas por el dolor de espaldas se había reducido un 42 por ciento, y el número de días con dolor era solamente de tres en un mes, comparados con los 21 días en el grupo de control.
El masaje también ayudó durante tres meses, pero su efecto sobre las actividades no era significante después de un año.
La prescripción de ejercicios solamente, tuvo efectos significantes pero modestos sobre las actividades tanto a los tres como a los 12 meses. No obstante, una serie de seis clases de la Técnica Alexander seguidas por ejercicio prescripto por un médico clínico, al llegar al año, obtuvo un 70 por ciento del beneficio obtenido por las 24 clases de la Técnica Alexander.
Los autores sugieren que las clases de la Técnica Alexander pueden haber beneficiado a los participantes al proveerles un enfoque individualizado para reducir el dolor de espaldas y al ayudar a los pacientes a reconocer, comprender y evitar los hábitos que afectan al tono postural y a la coordinación neuromuscular.
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la tècnica alexander
Clasificando la Técnica Alexander
Extractos del Artículo de Walter Carrington.
"Una reafirmación de que la Técnica Alexander no es ni medicina, ni terapia, ni manipulación; sino una forma especial de educación para la salud".
El público en general conoce poco sobre la Técnica Alexander e inevitablemente la califica como una forma de terapia alternativa, cosa que no es. Es muy importante que tengamos una idea clara sobre donde esta la Técnica en relación con otras disciplinas, pues la confusión puede acarrear consecuencias peligrosas.
Si alguien acude a un profesor de Técnica Alexander con la impresión de que va a encontrar alguna clase de terapeuta o sanador, seguramente sus expectativas no serán satisfechas. Y además incluso es posible que culpe al profesor de no hacer lo esperado y del fracaso del tratamiento. El profesor de Técnica Alexander no espera "curar" a nadie (sea lo que sea lo que el alumno entiende por curar). Así que este se vera desilusionado si el profesor "falla". No solo esto, sino que si sus síntomas y problemas persisten o incluso aumentan será culpa del profesor. Y todo esto por la falta de claridad sobre la naturaleza y los objetivos del trabajo.
Nuestro trabajo se asienta en el campo de la educación para la salud; no somos terapeutas, somos "profesores especializados". Alexander hizo ciertos descubrimientos y observaciones únicos sobre la salud y el bienestar del individuo y desarrolló una técnica práctica para llevarlos a efecto. En el libro "The Universal Constant in Living" cita una carta firmada por nueve médicos en la que aseguran:
Estamos convencidos de que Alexander esta en lo cierto cuando dice que una manera de "usarse" insatisfactoria, que interfiera con el funcionamiento general, constituye una causa que predispone a desarreglos y "enfermedades" y que el diagnóstico de un paciente será incompleto a no ser que el médico tome en consideración la influencia del "uso" sobre el funcionamiento.
Cuando Alexander tuvo que afrontar sus problemas vocales, quiso encontrar la causa y lo que halló fue que era la manera en que usaba lo voz lo que bloqueaba el funcionamiento de su mecanismo vocal. Específicamente encontró que cuando iba a hablar interfería con el funcionamiento de sus mecanismos posturales; su estatura disminuía, su cuello se contraía, su cabeza se iba hacia atrás y además comprimía la laringe. Toda la tensión creada por esta forma de "usarse", de hacer determinadas cosas, extenuaba su mecanismo vocal, ocasionándole ronquera e incluso pérdida de la voz.
Los profesores de Técnica Alexander no están preparados para hacer diagnósticos médicos, pero sí están preparados para observar. Particularmente para observar la influencia de uso sobre el funcionamiento de los mecanismos posturales y de la respiración. Ellos pueden decir cuando una persona esta disminuyendo su estatura o aumentándola y pueden ayudar a cambiar reacciones habituales asociadas a este uso.
Cuando trabajan con un alumno, pueden percibir inmediatamente en qué forma la persona hace uso de sí misma. Lo que es más difícil es estar seguro de las consecuencias que este mal uso acarrea. A menudo es imposible decir con toda seguridad que un determinado dolor o síntoma es debido a una particular manera de usarse. Alexander tenía una enorme experiencia y capacidad de observación a la que recurrir y era muy bueno en esto. Pero claro, el uso es un elemento más en el proceso total de diagnóstico.
Tenemos un trabajo muy preciso que hacer enseñando la Técnica. No es una tarea fácil. Es algo altamente especializado y por esto nos preparamos durante tres años como profesores cualificados. No sería realista esperar que un médico de cabecera diera lecciones de Técnica Alexander. No tendría tiempo para eso, tiene otras cosas que hacer.
Esto nos lleva a considerar de Nuevo la "influencia del uso sobre el funcionamiento" y qué significa en la práctica. Alexander transformó su propia condición vocal con la aplicación de su técnica y demostró que si se puede transformar el uso de una persona se puede cambiar la influencia de éste sobre ella y como consecuencia mejorar el funcionamiento de su organismo.
Si se puede mejorar su funcionamiento, entonces pueden acontecer toda clase de resultados extraordinarios.
Nosotros cuando enseñamos, consideramos la forma en que el alumno se usa y el funcionamiento general de sus mecanismos posturales. Quizás percibamos que el alumno presenta una excesiva torsión o que la columna está fuera de su alineamiento correcto. No es nuestro trabajo manipular o tratar el problema de forma directa. Nuestro trabajo consiste en cambiar la manera que esta persona tiene de usarse para que, de una manera natural, tienda a incrementar sus estaturas en lugar de disminuirla y como resultado de esto la torsión o el mal alineamiento pueda, con el tiempo, corregirse por sí mismo.
Es verdad que en el proceso de enseñanza usamos nuestras manos -en el sentido literal de la palabra- pero no debemos ser calificados como manipuladores. Nuestro propósito al usar las manos es, inicialmente, detectar qué es lo que le pasa al alumno. Las utilizamos como una ayuda más a la observación de su forma de usarse para poder determinar si hay excesiva o insuficiente tensión muscular, si las articulaciones están bloqueadas o libres o si el alumno está acortando su estatura. Finalmente, las usamos para transmitir las experiencias sensoriales y las instrucciones (o direcciones) que se requieren, al tiempo que explicamos el sentido de las palabras que usamos durante la clase.
Así, tal como hemos argumentado al principio, sería un error que nuestro trabajo fuera interpretado como una terapia alternativa o una técnica manipuladora. Se debería considerar como un método educativo, un proceso que conlleva al mismo tiempo una re-educación física y mental y cuyo objetivo final es la enseñanza de una técnica práctica sobre cómo ayudarse a sí mismo. Y esto, ciertamente, marca un Nuevo enfoque en el campo de la educación física.
W. Carrington se formó con F.M. Alexander y se graduó como profesor en el año 1939.
Empezó su enseñanza bajo la supervisión de F.M. Alexander en 1946 y continuó enseñando la técnica en "The Constructive Teaching Centre" en Londres, centro del cuál fue director hasta el 2005, año de su muerte.
Extractos del Artículo de Walter Carrington.
"Una reafirmación de que la Técnica Alexander no es ni medicina, ni terapia, ni manipulación; sino una forma especial de educación para la salud".
El público en general conoce poco sobre la Técnica Alexander e inevitablemente la califica como una forma de terapia alternativa, cosa que no es. Es muy importante que tengamos una idea clara sobre donde esta la Técnica en relación con otras disciplinas, pues la confusión puede acarrear consecuencias peligrosas.
Si alguien acude a un profesor de Técnica Alexander con la impresión de que va a encontrar alguna clase de terapeuta o sanador, seguramente sus expectativas no serán satisfechas. Y además incluso es posible que culpe al profesor de no hacer lo esperado y del fracaso del tratamiento. El profesor de Técnica Alexander no espera "curar" a nadie (sea lo que sea lo que el alumno entiende por curar). Así que este se vera desilusionado si el profesor "falla". No solo esto, sino que si sus síntomas y problemas persisten o incluso aumentan será culpa del profesor. Y todo esto por la falta de claridad sobre la naturaleza y los objetivos del trabajo.
Nuestro trabajo se asienta en el campo de la educación para la salud; no somos terapeutas, somos "profesores especializados". Alexander hizo ciertos descubrimientos y observaciones únicos sobre la salud y el bienestar del individuo y desarrolló una técnica práctica para llevarlos a efecto. En el libro "The Universal Constant in Living" cita una carta firmada por nueve médicos en la que aseguran:
Estamos convencidos de que Alexander esta en lo cierto cuando dice que una manera de "usarse" insatisfactoria, que interfiera con el funcionamiento general, constituye una causa que predispone a desarreglos y "enfermedades" y que el diagnóstico de un paciente será incompleto a no ser que el médico tome en consideración la influencia del "uso" sobre el funcionamiento.
Cuando Alexander tuvo que afrontar sus problemas vocales, quiso encontrar la causa y lo que halló fue que era la manera en que usaba lo voz lo que bloqueaba el funcionamiento de su mecanismo vocal. Específicamente encontró que cuando iba a hablar interfería con el funcionamiento de sus mecanismos posturales; su estatura disminuía, su cuello se contraía, su cabeza se iba hacia atrás y además comprimía la laringe. Toda la tensión creada por esta forma de "usarse", de hacer determinadas cosas, extenuaba su mecanismo vocal, ocasionándole ronquera e incluso pérdida de la voz.
Los profesores de Técnica Alexander no están preparados para hacer diagnósticos médicos, pero sí están preparados para observar. Particularmente para observar la influencia de uso sobre el funcionamiento de los mecanismos posturales y de la respiración. Ellos pueden decir cuando una persona esta disminuyendo su estatura o aumentándola y pueden ayudar a cambiar reacciones habituales asociadas a este uso.
Cuando trabajan con un alumno, pueden percibir inmediatamente en qué forma la persona hace uso de sí misma. Lo que es más difícil es estar seguro de las consecuencias que este mal uso acarrea. A menudo es imposible decir con toda seguridad que un determinado dolor o síntoma es debido a una particular manera de usarse. Alexander tenía una enorme experiencia y capacidad de observación a la que recurrir y era muy bueno en esto. Pero claro, el uso es un elemento más en el proceso total de diagnóstico.
Tenemos un trabajo muy preciso que hacer enseñando la Técnica. No es una tarea fácil. Es algo altamente especializado y por esto nos preparamos durante tres años como profesores cualificados. No sería realista esperar que un médico de cabecera diera lecciones de Técnica Alexander. No tendría tiempo para eso, tiene otras cosas que hacer.
Esto nos lleva a considerar de Nuevo la "influencia del uso sobre el funcionamiento" y qué significa en la práctica. Alexander transformó su propia condición vocal con la aplicación de su técnica y demostró que si se puede transformar el uso de una persona se puede cambiar la influencia de éste sobre ella y como consecuencia mejorar el funcionamiento de su organismo.
Si se puede mejorar su funcionamiento, entonces pueden acontecer toda clase de resultados extraordinarios.
Nosotros cuando enseñamos, consideramos la forma en que el alumno se usa y el funcionamiento general de sus mecanismos posturales. Quizás percibamos que el alumno presenta una excesiva torsión o que la columna está fuera de su alineamiento correcto. No es nuestro trabajo manipular o tratar el problema de forma directa. Nuestro trabajo consiste en cambiar la manera que esta persona tiene de usarse para que, de una manera natural, tienda a incrementar sus estaturas en lugar de disminuirla y como resultado de esto la torsión o el mal alineamiento pueda, con el tiempo, corregirse por sí mismo.
Es verdad que en el proceso de enseñanza usamos nuestras manos -en el sentido literal de la palabra- pero no debemos ser calificados como manipuladores. Nuestro propósito al usar las manos es, inicialmente, detectar qué es lo que le pasa al alumno. Las utilizamos como una ayuda más a la observación de su forma de usarse para poder determinar si hay excesiva o insuficiente tensión muscular, si las articulaciones están bloqueadas o libres o si el alumno está acortando su estatura. Finalmente, las usamos para transmitir las experiencias sensoriales y las instrucciones (o direcciones) que se requieren, al tiempo que explicamos el sentido de las palabras que usamos durante la clase.
Así, tal como hemos argumentado al principio, sería un error que nuestro trabajo fuera interpretado como una terapia alternativa o una técnica manipuladora. Se debería considerar como un método educativo, un proceso que conlleva al mismo tiempo una re-educación física y mental y cuyo objetivo final es la enseñanza de una técnica práctica sobre cómo ayudarse a sí mismo. Y esto, ciertamente, marca un Nuevo enfoque en el campo de la educación física.
W. Carrington se formó con F.M. Alexander y se graduó como profesor en el año 1939.
Empezó su enseñanza bajo la supervisión de F.M. Alexander en 1946 y continuó enseñando la técnica en "The Constructive Teaching Centre" en Londres, centro del cuál fue director hasta el 2005, año de su muerte.
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