jueves, 23 de abril de 2009

la tècnica alexander

Clasificando la Técnica Alexander
Extractos del Artículo de Walter Carrington.

"Una reafirmación de que la Técnica Alexander no es ni medicina, ni terapia, ni manipulación; sino una forma especial de educación para la salud".

El público en general conoce poco sobre la Técnica Alexander e inevitablemente la califica como una forma de terapia alternativa, cosa que no es. Es muy importante que tengamos una idea clara sobre donde esta la Técnica en relación con otras disciplinas, pues la confusión puede acarrear consecuencias peligrosas.

Si alguien acude a un profesor de Técnica Alexander con la impresión de que va a encontrar alguna clase de terapeuta o sanador, seguramente sus expectativas no serán satisfechas. Y además incluso es posible que culpe al profesor de no hacer lo esperado y del fracaso del tratamiento. El profesor de Técnica Alexander no espera "curar" a nadie (sea lo que sea lo que el alumno entiende por curar). Así que este se vera desilusionado si el profesor "falla". No solo esto, sino que si sus síntomas y problemas persisten o incluso aumentan será culpa del profesor. Y todo esto por la falta de claridad sobre la naturaleza y los objetivos del trabajo.

Nuestro trabajo se asienta en el campo de la educación para la salud; no somos terapeutas, somos "profesores especializados". Alexander hizo ciertos descubrimientos y observaciones únicos sobre la salud y el bienestar del individuo y desarrolló una técnica práctica para llevarlos a efecto. En el libro "The Universal Constant in Living" cita una carta firmada por nueve médicos en la que aseguran:

Estamos convencidos de que Alexander esta en lo cierto cuando dice que una manera de "usarse" insatisfactoria, que interfiera con el funcionamiento general, constituye una causa que predispone a desarreglos y "enfermedades" y que el diagnóstico de un paciente será incompleto a no ser que el médico tome en consideración la influencia del "uso" sobre el funcionamiento.

Cuando Alexander tuvo que afrontar sus problemas vocales, quiso encontrar la causa y lo que halló fue que era la manera en que usaba lo voz lo que bloqueaba el funcionamiento de su mecanismo vocal. Específicamente encontró que cuando iba a hablar interfería con el funcionamiento de sus mecanismos posturales; su estatura disminuía, su cuello se contraía, su cabeza se iba hacia atrás y además comprimía la laringe. Toda la tensión creada por esta forma de "usarse", de hacer determinadas cosas, extenuaba su mecanismo vocal, ocasionándole ronquera e incluso pérdida de la voz.

Los profesores de Técnica Alexander no están preparados para hacer diagnósticos médicos, pero sí están preparados para observar. Particularmente para observar la influencia de uso sobre el funcionamiento de los mecanismos posturales y de la respiración. Ellos pueden decir cuando una persona esta disminuyendo su estatura o aumentándola y pueden ayudar a cambiar reacciones habituales asociadas a este uso.

Cuando trabajan con un alumno, pueden percibir inmediatamente en qué forma la persona hace uso de sí misma. Lo que es más difícil es estar seguro de las consecuencias que este mal uso acarrea. A menudo es imposible decir con toda seguridad que un determinado dolor o síntoma es debido a una particular manera de usarse. Alexander tenía una enorme experiencia y capacidad de observación a la que recurrir y era muy bueno en esto. Pero claro, el uso es un elemento más en el proceso total de diagnóstico.

Tenemos un trabajo muy preciso que hacer enseñando la Técnica. No es una tarea fácil. Es algo altamente especializado y por esto nos preparamos durante tres años como profesores cualificados. No sería realista esperar que un médico de cabecera diera lecciones de Técnica Alexander. No tendría tiempo para eso, tiene otras cosas que hacer.

Esto nos lleva a considerar de Nuevo la "influencia del uso sobre el funcionamiento" y qué significa en la práctica. Alexander transformó su propia condición vocal con la aplicación de su técnica y demostró que si se puede transformar el uso de una persona se puede cambiar la influencia de éste sobre ella y como consecuencia mejorar el funcionamiento de su organismo.

Si se puede mejorar su funcionamiento, entonces pueden acontecer toda clase de resultados extraordinarios.

Nosotros cuando enseñamos, consideramos la forma en que el alumno se usa y el funcionamiento general de sus mecanismos posturales. Quizás percibamos que el alumno presenta una excesiva torsión o que la columna está fuera de su alineamiento correcto. No es nuestro trabajo manipular o tratar el problema de forma directa. Nuestro trabajo consiste en cambiar la manera que esta persona tiene de usarse para que, de una manera natural, tienda a incrementar sus estaturas en lugar de disminuirla y como resultado de esto la torsión o el mal alineamiento pueda, con el tiempo, corregirse por sí mismo.

Es verdad que en el proceso de enseñanza usamos nuestras manos -en el sentido literal de la palabra- pero no debemos ser calificados como manipuladores. Nuestro propósito al usar las manos es, inicialmente, detectar qué es lo que le pasa al alumno. Las utilizamos como una ayuda más a la observación de su forma de usarse para poder determinar si hay excesiva o insuficiente tensión muscular, si las articulaciones están bloqueadas o libres o si el alumno está acortando su estatura. Finalmente, las usamos para transmitir las experiencias sensoriales y las instrucciones (o direcciones) que se requieren, al tiempo que explicamos el sentido de las palabras que usamos durante la clase.

Así, tal como hemos argumentado al principio, sería un error que nuestro trabajo fuera interpretado como una terapia alternativa o una técnica manipuladora. Se debería considerar como un método educativo, un proceso que conlleva al mismo tiempo una re-educación física y mental y cuyo objetivo final es la enseñanza de una técnica práctica sobre cómo ayudarse a sí mismo. Y esto, ciertamente, marca un Nuevo enfoque en el campo de la educación física.

W. Carrington se formó con F.M. Alexander y se graduó como profesor en el año 1939.
Empezó su enseñanza bajo la supervisión de F.M. Alexander en 1946 y continuó enseñando la técnica en "The Constructive Teaching Centre" en Londres, centro del cuál fue director hasta el 2005, año de su muerte.

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